Le dijeron que iban a presentarle “gente de la tele”. Terminó en un departamento de Recoleta, la filmaron sin ropa. Comenzaron con una amenaza para mostrar esas imágenes al novio. Terminaron publicando sus fotos en la web para promocionar sus servicios de prostitución. Fue el inicio un calvario que la víctima contó a la Justicia en “cámara Gesell” porque es menor de edad.
La Cámara Federal porteña acaba de confirmar procesamiento y cárcel para dos acusados. Advirtió que aunque la víctima pueda moverse libremente -salía los fines de semana- hay “diferentes modos de vulnerar la voluntad a fin de someterla que no se limitan exclusivamente con la libertad ambulatoria, bastando con que se realice al menos una de ellas” para configurar el delito de trata de personas agravado por ser una víctima menor de edad.
El delito también se comete captando a una persona “por el hecho de ganar su voluntad conquistándola, entusiasmándola o atrayéndola por diferentes medios a su poder con la finalidad de someterla a explotación”, advirtieron los jueces Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.
La menor de edad “fue reclutada fraudulentamente siendo conducida mediante engaño al departamento, sin conocimiento previo de la actividad que iba a realizar”.
De esta manera los ahora detenidos con prisión preventiva ganaron “su voluntad mediante acciones que fueron afectando su ámbito de autodeterminación respecto de aceptar, continuar o cesar dicha actividad”.
“Se trata de un supuesto de manifestación viciada de la voluntad del sujeto activo que de haber conocido las circunstancias reales a las que sería sumida no habría accedido”, concluyeron al confirmar el procesamiento que dictó el juez de primera instancia Rodolfo Canicoba Corral .
A la primera amenaza, siguió una oferta para vivir en el lugar, “le daban pastillas que la mareaban y le generaron dependencia” y poco después llegó la nueva amenaza: matarían al novio si no se acostaba con los “clientes”.
La dejaban salir los sábados para volver los lunes, la multaban si llegaba tarde y en los tiempos de descanso, si lo pedía algún cliente, “tenía que atenderlo”.
“La amenazaban con matar al novio si contaba algo”, declaró.
“En esas condiciones no puede admitirse válidamente que por no encontrarse la víctima encerrada, tener novio y poder salir del departamento tenía el pleno ejercicio de su libertad”, resolvieron los jueces al rechazar el argumento de la defensa vinculado a que la adolescente tenía libertad de movimiento.
Los jueces concluyeron que hubo “amenazas y abuso de situación de vulnerabilidad”.
Por ello quedó confirmado el delito de trata de personas agravado por ser la víctima menor de edad, que se sumó a un procesamiento anterior por explotación económica del ejercicio de la prostitución de una persona menor de edad, con la divulgación de imágenes suyas a través de diversos sitios web “a fin de publicitar explícitamente tales actividades sexuales”.