Un empleador tendrá que pagar una millonaria indemnización y realizar un programa o curso de capacitación sobre violencia de género por orden judicial.
Una ex empleada lo denunció en el fuero penal y luego en el civil por insultos y agresiones además de obligarla a vestir polleras cortas, a maquillarse para agradar a los clientes y a proporcionarles su número de teléfono si se lo pedían Era camarera en su local en Pinamar
Además el empleador quedó filmado cuando agredía con dureza a la mujer y ese registro se usó como una de las pruebas concluyentes en su contra.
Revictimización y críticas al sistema
“La perspectiva de género no sólo es un deber ineludible del juzgador al meritar la prueba, sino de todos los operadores del derecho en el ejercicio de cualquiera de los roles que el proceso judicial asigna, impone una nueva mirada, con efectos bien puntuales en el quehacer cotidiano del servicio de administración de justicia”, advirtió en la sentencia la Cámara Civil y Comercial de Dolores
Lo hizo al criticar que cuando la causa estuvo en un juzgado de primera instancia se convocó a la víctima a una audiencia conocida como “absolución de posiciones”, donde demandado y demandada responden preguntas, y se permitió que la defensa de su ex empleador avanzara en realizar inquisiciones sobre su pasado y vida privada.
Hubo “revictimización” y “es consecuencia de inadecuadas prácticas que provienen de instituciones y en un resultado directo, aunque no exclusivo, de la violencia institucional que incluye acciones u omisiones del Estado”, agregó el Tribunal de Apelaciones
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Curso o multa
En una sentencia con perspectiva de género, en la cual citaron pactos internacionales a los cuales Argentina adhiere, los jueces elevaron la indemnización y la fijaron en más de 6 millones de pesos e intereses
Además, el ex empleador deberá “realizar un programa o curso de capacitación sobre violencia de género en el marco de un proceso de sensibilización o concientización”
En caso de no cumplir con esta parte de la sentencia, será multado con un millón de pesos que se entregarán a la víctima
En la causa se dio por probado que hubo agresiones “verbales y físicas constantes” desde que la joven entró a trabajar en 2019, en un “contexto de violencia de género que se investigó en sede penal y luego en la demanda civil”
“La obligaba a vestir polleras cortas, maquillarse para agradar a los clientes, y proporcionarles su número de teléfono si le era requerido” en un momento en que la empleada atravesaba una “extrema vulnerabilidad psicológica y social”
El empleador intentó justificar su conducta en “incumplimientos” reiterados de la empleada, una justificación “guiada por perjuicios y estereotipos”, respondieron los camaristas Mauricio Janka y Leandro Banegas
Filmaciones en redes
“Siempre fue violento, siempre más con T. (la demandante) todo era peor con T”, “me cansé y lo filmé”, “un día llegó a rebolearle una botella”, declaró la compañera de trabajo de la víctima que filmó una de las agresiones y así consiguió una de las pruebas más importantes.
La Justicia consideró probado que el jefe C “la amenazó refiriéndole textualmente ‘sos muy turra eh! Te voy a cagar a trompadas! Lo que querés lograr es eso?…Tomátelas b.. de m..”
Uno de los videos se publicó en redes sociales y también se lo tomó cómo prueba. Allí se ve al acusado tirándo un golpe de puño hacia su empleada, que no logró impactar.
En la sentencia que ahora quedó confirmada se tuvo por demostrado que en enero de 2021 “amenazó y amedrentó a M según testigos, el informe de una perito psicóloga del Centro de Asistencia a la Víctima de Pinamar, videos obtenidos de la red social Facebook, actas de registración de otros videos, de las “constantes amenazas hacia ella y otras mujeres con quienes mantenía relación laboral, desde su superioridad en forma de gritos, insultos, malos tratos y amenazas”