El taxista que atropelló y mató a la estudiante Leonela Noble sobre la avenida Santa Fe en enero de 2013 fue condenado a tres años de prisión en suspenso y ocho de inhabilitación para manejar, en un juicio abreviado pactado con la fiscalía.
En la sentencia la jueza Ivana Bloch condenó a Darío Botta por homicidio culposo agravado. Tuvo una actitud “negligente” porque ese día subió al rodado “sin cumplir con los requerimientos de cuidado que le imponía su condición de diabético y por ello sufrió una hipoglucemia que derivó en la pérdida de control del taxi” y el inicio de un raid sobre avenida Santa Fe que incluyó varios choques con heridos hasta que finalmente atropelló a la joven.
Antes de aceptar el juicio abreviado, la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal 4 realizó una audiencia con el acusado, la fiscalía y la madre de la víctima.
“El imputado dio cuenta de su remordimiento”, remarcó en el fallo.
Sin embargo, la magistrada hizo extensas consideraciones relativas a la “conducción imprudente” y a que el chofer ocultó su enfermedad preexistente cuando tramitó la licencia para conducir, según las pruebas incorporadas a la investigación.
” Nada más lejos que un control estricto fue la conducta asumida por el imputado” en un accionar “similar a lo que acontece con quien, por ejemplo, conduce alcoholizado y además utiliza el teléfono celular. Aquí también se trata de un supuesto de culpa por asunción porque sin apegarse en absoluto al tratamiento que le estaba indicado por su médica para su rutina diaria emprendió nada menos que una actividad riesgosa como lo es la conducción de un vehículo automotor”, advirtió.
Botta “infringió los deberes de cuidado que le eran exigibles en su rol de conductor de automóviles (en el caso un rodado taxi afectado al servicio público de pasajeros)”
Leonela era estudiante de la Licenciatura en Arte y Curaduría en la Universidad del Museo Social Argentino y a las 13.10 del 29 de enero de 2013 caminaba por avenida Santa Fe a la altura del barrio de Recoleta.
El taxista iba sin pasajeros cuando sufrió el cuadro de hipoglucemia. “El mencionado cuadro provocó que no pueda controlar en forma adecuada su vehículo, de modo tal que comenzó a circular por la Avenida Santa Fe a excesiva velocidad”.
Ese mediodía invadió la vía exclusiva para colectivos, cruzó la calle Paraná con luz roja y a la altura del 1531 de Santa Fe impactó con su parte delantera derecha a la parte trasera de una motocicleta. Su conductor fue el primer herido: Exequiel Tedesco salió despedido y cayó sobre el asfalto.
El taxi arrastró la moto hasta que chocó con el paragolpe trasero de un colectivo 152. El auto siguió su trayecto descontrolado y desencadenó una secuencia de choques con más heridos, hasta que atropelló a la chica.
Después se supo que el taxista intentó manotear unos caramelos que llevaba para urgencias como esa, pero no llegó a comerlos.
El chofer no cumplió “las pautas e indicaciones médicas relativas a la enfermedad que padece (diabetes mellitus tipo 1) que lo torna insulinodependiente; puntualmente, omitió cumplir con
la dietoterapia consistente en la ingesta de alimentos adecuados y el automonitoreo de los niveles de azúcar en sangre, conducta que le era exigible en función de su conocimiento del padecimiento de dicha enfermedad”, sostuvo la sentencia.
Ese día “no habría ingerido más alimentos (especialmente hidratos de carbono) por espacio de unas seis horas. Sumado a ello habría omitido autocontrolar sus niveles de glucemia en sangre al no haber llevado consigo el aparato medidor de glucemia”.
Para la Justicia incumplió “sus deberes de cuidado atinentes a su condición de insulinodependiente lo que incidía directamente en sus deberes de cuidado relativos a la conducción del taxi con el cual trabajaba, específicamente sobre el deber de conservar en todo momento el control y dominio del vehículo que manejaba tal como lo impone la Ley Nacional de Tránsito”
Por la muerte de Leonela hubo marchas en reclamo de justicia y el taxista pasó varios días detenido hasta que fue excarcelado.