Un hombre llegó con fuertes dolores a la guardia de un hospital público. Había tres horas de demora. Nervioso, argumentó después, la emprendió contra la puerta de uno de los consultorios.
Ahora quedó procesado por daño agravado con un embargo de 200.000 pesos
Nervios y espera
En su defensa dijo que en ningún momento quiso dañar bienes del Hospital Posadas, donde ocurrieron los hechos.
Explicó a los jueces que entró en un estado de “excesivo nerviosismo” por los dolores que sufría y que eso provocó su reacción.
El incidente ocurrió en junio pasado cuando, después de “unos días de sentirse mal y de haber visitado distintos sanatorios a raíz de un fuerte dolor de cintura que no lo dejaba dormir ni trabajar”, concurrió a la guardia del Posadas.
Tenía también un “intenso dolor de cabeza”.
En el lugar, aumentaba la cantidad de gente “sin ser atendida” y pidió que un especialista lo viera de “manera urgente” porque “se sentía cada vez peor”
En un primer momento se le respondió que debía esperar su turno como todos los demás pacientes y que la demora se debía a una “caída del sistema”.
Pasado un rato, dijo haber “llamado a la puerta” muy nervioso pero aclaró que “en ningún momento tuvo la intención de romper la puerta del consultorio”
La prueba
La Cámara Federal de San Martín confirmó el procesamiento al paciente por lo ocurrido en el hospital ubicado en El Palomar, provincia de Buenos Aires.
Según testigos de lo que pasó, “reaccionó en forma violenta golpeando la puerta de uno de los consultorios” lo que provocó “un daño sobre bienes públicos”
Los jueces Alberto Lugones y Néstor Barral remarcaron que el hombre quedó filmado en la tarde del día de los hechos, cuando “golpeó la puerta de uno de los consultorios de guardia”
Lo hizo “en forma violenta pateando la puerta de entrada a los consultorios e insultando tanto al personal del lugar como al policial”
El hospital evaluó los daños en casi cien mil pesos.
Intención de dañar La defensa del ahora procesado sostuvo que no hubo dolo y que su reacción se debió al dolor que sentía y a sus nervios ante la situación.
Pero para los jueces resultó “clara” la presencia de ” dos aspectos que componen “el dolo” es decir, actuar con “la voluntad e intención de realizar una acción estipulada y penada por la ley”
“Se dio cuenta que tenía conocimiento de que había golpeado la puerta del consultorio (aspecto cognitivo) y de su voluntad de llevar a cabo tal acción de forma violenta (aspecto volitivo)”, concluyeron.