Un Tribunal condenó a cinco años y seis meses de prisión a una mujer que robó a un grupo de alumnos de entre 13 y 14 años a la vuelta de su escuela.
La dura pena de prisión efectiva se impuso a la acusada -detenida desde el día del robo- porque se consideró como agravante “la circunstancia de haber cometido el hecho en cercanías de un colegio, el haber aprovechado la corta edad de los damnificados” y “el temor generado en ellos”
En total se llevó diez pesos en monedas y tres billetes de cien pesos. Todo lo que tenían los chicos encima.
Más agravantes
Uno de los adolescentes contó que una semana antes del robo le había dado espontáneamente dinero a la mujer, “apiadándose de su situación”
Por eso, el juez consideró como agravante también “la actitud desinteresada de robarle a una persona que días antes le brindó ayuda económica”.
” De aquí, la significación de elevar la pena sobre el mínimo de la escala penal del delito que se le imputa, de modo que considero adecuada la imposición de cinco años y seis meses de prisión, en coincidencia con lo solicitado por el Sr. Fiscal”, concluyó el juez del Tribunal Oral Sergio Paduczak.
Las víctimas relataron que cuando la mujer se fue, salieron corriendo para la escuela y tuvieron que parar porque uno de ellos se puso a llorar ante el temor que le había generado lo ocurrido
Eran las 13.45 y estaban en la vereda, frente a una pizzería, a la vuelta de su colegio en el barrio de Chacarita, ciudad de Buenos Aires.
La ahora condenada se les acercó a pedirles algo para comprar comida. Uno de ellos le dio las monedas que tenía, diez pesos en total.
Fue entonces cuando comenzó a levantar la voz, les exigió más dinero y los amenazó. Según la acusación, sacó un objeto punzante de una lunchera que llevaba.
Uno de los adolescentes le dio tres billetes de cien pesos, la mujer se alejó y salieron corriendo para la escuela.
Allí contaron lo sucedido y la mujer fue detenida poco después.
Necesidades que no justifican
“No soslayo que podría pasar necesidades, pero eso no significa que se encuentre en estado de vulnerabilidad”, concluyó el juez sobre la detenida.
La defensa hizo mención a la “situación apremiante” que pasaba la mujer, madre de un hijo, cuando abordó a los chicos el 5 de abril último.
La pena coincidió con la que había pedido el fiscal, Marcelo Martínez Burgos.
En su defensa, la acusada dijo que nunca quiso asustar a los chicos, que estaba juntando “una moneda” para comprar comida para hacer un guiso con otras personas en situación de calle de la zona.
Pero el juez hizo referencia a los testimonios en el juicio que “hablan claramente de que primero pidió, y ante la escasez de los diez pesos que le fueron dados, los amenazó de que algo malo les iba a pasar y luego les exhibió el elemento corto punzante, sin advertirse fisuras en ninguno de los relatos de los testigos, con lo cual, la versión de la encausada queda aislada y huérfana de prueba”.