El juez federal de Salta Julio Bavio exhortó a contemplar el ingreso, venta y consumo de hojas de coca para “coqueo” en el marco de la cosmovisión de los pueblos originarios del norte argentino. “Hasta ahora siempre es considerado delito”, advirtió.
Lo hizo al alertar sobre la persecución judicial al tráfico de hojas de coca, cuando en el norte del país todos “coquean” y es una costumbre ancestral de los pueblos originarios. La hoja de coca se vende en los comercios.
Además, cuestionó el dispendio de recursos judiciales por este tema, en vez de ser destinados a la lucha contra el narcotráfico.
Bavio expuso esta semana en una jornada virtual que organizó el juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti con magistrados de zonas fronterizas del país
El juez puso como ejemplo el caso de un ciudadano boliviano detenido por la justicia federal en la ciudad de Buenos Aires con 400 gramos de hojas de coca en estado natural.
“Esa persona estuvo un mes detenida en la Ciudad de Buenos Aires porque el juez que intervino consideró que era tráfico de materia prima de estupefacientes, lo tuvo un mes hasta que la Cámara dictó la falta de mérito para que se prosiga investigando. Tampoco obró bien porque correspondía el sobreseimiento inmediato”
“Es absolutamente imposible que eso haya estado destinado a otra cosa que no sea el coqueo. No se sobreseyó por falta de conocimiento y es lógico”, lamentó.
El tema de las hojas de coca para quien conozca Salta “sabe que hay una demanda enorme de hojas de coca, mueve fortunas y hay oferta. Nunca falta hoja de coca en Salta”
“Hay una incoherencia grave” por considerar que “todo ingreso al país es ilícito y ese vegetal siempre es de carácter extranjero. Se los reprime por intento de contrabando o infracción aduanera”
“Se dan situaciones paradojales, como el propio gendarme que está en la frontera está coqueando para prevenir el mal de altura, pero ve pasar una camioneta con hojas de coca y la persigue seguramente, y la persigue coqueando. Esa situación ocurre hoy en Salta”
El magistrado llamó a analizar el tema desde la “cosmovisión de los pueblos originarios” que consideran sagrado a ese vegetal.
“Desde antes que existieran las fronteras ya ingresaba la nuestra zona desde Perú y Bolivia” y “hace 500 años también se encontraban bolsitas con hojas de ese mismo vegetal”
“Creo que el análisis clave entonces, la solución a este problema es analizar el artículo 75 inciso 17 de la Constitución, en cuanto el Congreso debe reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios”
“Hasta ahora siempre es ilícito y no debe ser así”
La “ilicitud por falta de reglamentación o no existencia de aranceles es una omisión del Estado frente al derecho consetudinario y tradicional de esos pueblos originarios de que ingrese la hoja de coca a su vida, a sus quehaceres”
“La consecuencia de la ilegalidad es el aumento del valor del vegetal y un enorme desgaste jurisdiccional que contradice el fallo Arriola, que exhorta a los poderes públicos a crear políticas de Estado contra el tráfico”
“Estamos gastando muchísimos recursos en reprimir la hoja de coca y se suma la violencia, porque hay persecuciones, corre peligro la Gendarmería y los propios transportistas”
Además debe pensarse “que los pueblos originarios son hipervulnerables” en la región.
Fijar aranceles para la importación de hoja de coca “puede ser reinvindicativo y esos aranceles se pueden destinar a la falta de agua, educación. Ello sin descuidar el control, para que no se desvíe al tráfico de droga”