Hasta el encargado de las producciones de imágenes y actualización de los websites terminó procesado.  La Justicia desmanteló una organización que obligaba a mujeres en condiciones de vulnerabilidad y menores de edad a prostituirse. La denuncia  partió de un cliente que supo lo que sucedía en el lugar al quedarse solo con una de las víctimas.
Otro cliente, poco después, también denunció y luego declaró que dejó de concurrir al lugar, porque se dio cuenta de la presencia de menores de edad y mujeres que ejercían la prostitución contra su voluntad.
“Algunas parecían de otras provincias y creía que las traían mediante engaño”, declaró.
En los websites se ofrecían los servicios con publicaciones y fotos. Eran al menos seis sitios web administrados por una sola persona que fue procesada como supuesto miembro de la asociación ilícita.
“No parece verosímil que alguien como el encausado, con desempeño habitual como fotógrafo en el rubro y administrador de al menos esos seis sitios web, desconociera que era un prostíbulo de gran magnitud y envergadura, que lejos estaba de tratarse de una actividad autogestionada por las propias mujeres sino que operaba reteniendo la mayor parte de los “pases” realizados por ellas, y que su aparente fachada de “spa” que aparecía en los anuncios -sobretodo desde el año 2013 en adelante- no fue otra cosa que un vano intento de encubrir su verdadera actividad y, a la par, una modalidad de reclutamiento engañoso empleado por la organización investigada”, advirtieron los jueces Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia al confirmar los procesamientos de todos los acusados.

La investigación se realizó en los tribunales federales de Retiro luego de acumularse denuncias que habían llegado a varios juzgados por separado.Eran varios departamenos en un mismo edificio.

Uno de los denunciantes contó que buscaba por internet un sitio donde pudieran hacerle masajes y llegó a la página de la organización. Se comunicó a un teléfono publicado y al llegar la encargada “comenzó a ofrecerle mujeres”. Cuando entró a un gabinete con una de ellas, le contó que era “obligada a mantener relaciones sexuales con hombres y que no era para lo que la habían contratado originariamente”.

En la causa hay impresiones de las páginas web que ofrecían “spa y  masajes” con fotos que detallaban edad, altura y medida de las mujeres. Lo mismo ocurría en el perfil de Facebook  y en otros sitios y foros de Internet.

Informes comerciales, crediticios, bancarios, financieros, impositivos y sobre bienes muebles e inmuebles dieron cuenta de un complejo entramado que se habría montado para “lavar” dinero obtenido de manera ilícita como parte de una asociación ilícita vinculada fnanciera y comercialmente “dedicada a la trata sexual de personas y la explotación económica de la prostitución ajena, que respondería a un funcionamiento organizado con reparto de roles y funciones”.
Para tener apariencia de legalidad usaban la denominación “spa” y habían constituido diversas estructuras jurídicas -societarias y fiduciarias- cuyo único fin “sería el de conducir hacia el comercio lícito el dinero proveniente de la explotación, pudiendo estimarse la ganancia mínima en $11.340.000 anuales”, advirtieron los jueces.

Para administrar el dinero se habría creado un complejo de cinco sociedades y diez fideicomisos.

En la causa se probó que captaron “con engaños” a una adolescente de 16 años a través del sistema de mensajería ‘Messenger’ de Hotmail, entre los meses de agosto y septiembre del año 2009, para luego explotarla sexualmente en dos prostíbulos que se desarrollaban bajo la modalidad de ‘privado’.
Con su testimonio -dado cuando llegó con su mamá a un Centro  de Atención de Víctimas de Violencia Sexual, se abrió una de las causas judiciales. Al contactarla por internet los desconocidos habían dicho a la adolescente que eran de una agencia de modelos y varias veces la tentaron con ofertas laborales “a cambio de ganar mucho dinero”, hasta que finalmente fue a una entrevista. Tras captarla la enviaron a un privado donde los clientes “elegían chicas más jóvenes”.
En otro de los departamentos, si llegaba una inspección todas las mujeres tenían que vestirse con guardapolvos blancos y decir ser masajistas.
En total hay 13 procesados y se calcula en al menos 58 las víctimas.

Los clientes dejaban comentarios en las páginas web. El 27 de abril de 2014 uno escribió: “Hola, fui a …., que ahora funciona encubierto como spa. Cuando entras te hacen la presentacion, seran como unas 8 minas, están todas buenas…La recepcionista te pregunta cuanto te vas a quedar”.

Una de las víctimas contó a un cliente “angustiada”, que “era obligada a prestar servicios sexuales, que le retenían el dinero y por eso no podía regresar a su ciudad”
El cliente salió y radicó la denuncia
Otras tenían hijos u otros familiares a su cuidado, o eran de familias de bajos recursos, sin educación formal o extranjeras.

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