El dueño de una galería en pleno barrio de Once irá a juicio por permitir la venta de ropa falsificada en dos de los locales.
Remeras de fútbol, musculosas, pantalones cortos deportivos, largos de gimnasia y buzos con inscripciones de las marcas “Nike”, “Adidas”, “Kappa”, “Urban” y “Fila” se vendían dentro del lugar, sobre avenida Rivadavia. Los responsables de los comercios no aportaron ninguna documentación para demostrar la procedencia.
Como suele suceder, las defensas aludieron a que la falsificación era “burda” y por eso no hubo engaño, pero en esta ocasión hizo falta una pericia para demostrar que la mercadería no era original.
La Cámara Federal de la ciudad de Buenos Aires confirmó los procesamientos del dueño de la galería, un encargado y los responsables de ambos locales y pidió enviarlos a juicio por un delito que prevé hasta dos años de cárcel y multa millonaria.
“Comercializaban mercadería con marcas falsificadas. Esos productos, cuyo carácter apócrifo fue acreditado a través del correspondiente examen pericial, por sus características resultan aptos para producir en los posibles compradores un engaño sobre su autenticidad y también un perjuicio al titular marcario, principalmente si se considera que ellos eran puestos a la venta en locales ubicados dentro de una galería, con un giro comercial considerable, en cantidad y diversidad”, sostiene el fallo.
En cuanto al propietario del centro comercial se lo procesó “haciendo foco en la responsabilidad y compromiso como dueño de la galería, con presencia asidua en el sitio”
El encargado tenía, por su parte, “un rol” preponderante en “distintos aspectos indispensables para el funcionamiento del sitio comercial”
Todos quedaron acusados por infracción a la ley de Marcas 22362, artículo 31 inciso “d” que reprime con tres meses a dos años de prisión y multas que pueden llegar a 150 millones de pesos.
La norma castiga a quien “ponga en venta, venda o de otra manera comercialice productos o servicios con marca registrada, falsificada o fraudulentamente imitada”.