La Corte Suprema ha ordenado recientemente que se lleve a juicio oral a un grupo de ex policías federales, acusados de armar falsos procedimientos policiales contra inocentes.
La historia en torno de estos casos fraguados comenzó hace algunos años, cuando –como Secretario del Fiscal- participé de un juicio oral, en el cual quedó demostrado que un hombre, presentado como un “peligroso narcotraficante”, no era más que un albañil desocupado que había sido captado por un sujeto de buena presencia, en la puerta de la Iglesia San Cayetano de Liniers (donde funciona una bolsa de trabajo), y trasladado, con la promesa de una “changa”, hasta el interior de la Estación Constitución. Una vez allí, el “patrón” lo dejó solo con la excusa de ir a comprar los boletos, hecho al cual sucedió un “operativo de rutina” por policías de civil, que se dirigió directamente al hombre. Claro, al lado del desocupado había un bolso dejado por el “patrón”, en el cual había drogas, una balanza y otros elementos comprometedores. Durante el juicio se comprobó la veracidad de la versión del imputado, ya que compañeros de la bolsa de trabajo de San Cayetano acudieron al juicio en su respaldo.
A partir de este caso, muchos otros comenzaron a surgir. Un defensor oficial del fuero me puso al tanto de una decena de casos similares, ensañados especialmente con inmigrantes ilegales peruanos y bolivianos, reclutados en la plaza de Cobo y Curapaligüe. Desde San Cayetano me informaron de tres o cuatro casos más. En mi propia fiscalía había algún que otro antecedente parecido.
Así, preocupado por esta situación, decidí elevar un informe por escrito a mi superior, que a su vez, lo remitió a la Procuración General, donde tuvo un eco favorable, a tal punto de que meses después quedaba conformada una Comisión Investigadora de este tipo de procedimientos, formada por varios fiscales, y que también me incluyó. Las respuestas de las fiscalías fueron masivas, a tal punto que pasamos en pocos meses a registrar cuarenta operativos fraguados. El informe final, de 2004, incluyó más de cien casos.
En todos ellos, los patrones eran similares: víctimas con escasas posibilidades de reaccionar frente al sistema penal (mendigos, inmigrantes ilegales, cartoneros, chicos de la calle, inimputables, etc.); que con diversas pretextos eran trasladados hasta el lugar de la trampa; hallazgo “casual” pero “exitoso” de drogas, armas, etc., que permite fabricar un delito grave, frustrado por la policía; y la aparición casi inmediata de los medios de prensa en el lugar.
Era impresionante ver las fotos que los diarios presentaban de los casos detectados: en la abrumadora mayoría se ve al o a los detenidos, recostados boca abajo, con las manos esposadas a la espalda. Claro, son en su mayoría hombres, jóvenes, de piel oscura y vestidos humildemente. La escena del delincuente caído en desgracia es decorada con los objetos secuestrados y algún policía custodiando la escena.
En resumen, creo que el fallo de nuestra CSJN es auspicioso. Enfrentar la verdad en torno a los procedimientos policiales fraguados es fundamental para la Justicia penal por diversas e importantes razones:
• Constituyen flagrantes violaciones a los derechos humanos;
• Configuran privación ilegítima de la libertad agravada, falsedad de documentos públicos y falso testimonio agravado.
• Recaen sobre personas con escasa o nula capacidad de reacción, agravándose con relación a ciudadanos extranjeros por su agregado de discriminación.
• Constituyen un factor de corrupción dentro de la institución policial, claro indicio de ello es la utilización de sustancias estupefacientes, armas de fuego y explosivos, vehículos robados, etc. de origen incierto, que le son atribuidos a las víctimas de estos procedimientos.
• Contribuyen también al desprestigio de los medios de prensa, que propagan delitos inexistentes y detenciones de inocentes, que luego resultan desvirtuados por la Justicia.
Cabe señalar que a partir de la actuación de los Fiscales, y hasta la fecha, no se ha reportado un solo caso más que tenga los parámetros aquí descriptos, signo de que las medidas preventivas y punitivas adoptadas dieron resultado.
Hola hace unos años un jefe de calle de mi pueblo que vendía droga me armó unas causas inventadas y hace unos meses me detuvieron y me quieren dar muchos años por cosas que nunca pasaron estoy en la cárcel tengo un bebé y una familia que me extraña por favor necesito ayuda me llamo Alan mi teléfono es 2324 670542 por favor lo suplico
Hola Alan, somos un portal periodístico no damos asesoramiento jurídico. Pero te pasamos el contacto de los centros Acceder gratuitos del Ministerio Público de la Defensa
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