Tres niñas de entre 11 y 14 años fueron llevadas desde Trelew, Chubut, al gran Buenos Aires con engaños y resultaron prostituídas.
Un Tribunal Oral condenó a 12 años de cárcel a los dos acusados por lo ocurrido, María de los Angeles Acosta y Rodolfo Mauricio Barrionuevo, en un durísimo fallo que advirtió sobre la situación de vulnerabilidad y el avasallamiento de su infancia.
Las nenas salieron de sus casas en Trelew con la promesa de un viaje a Puerto Madryn hecha por Acosta. Esto “aparecía como tentador para las niñas” remarcó el fallo pero luego el viaje siguió al Gran Buenos Aires.
“Concretado el viaje, la vulnerabilidad de las menores aumentó, puesto que se las trasladó a más de 1500 km de su origen; no sabían dónde se encontraban alojadas, desconocían cómo manejarse en el Gran Buenos Aires y dependían para satisfacer las necesidades más básicas como habitación y alimento, de los dos adultos”, remarcaron los jueces.
En un durísimo fallo, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia advirtió sobre el “contexto previo” que marcó la vulnerabilidad de las víctimas y fue aprovechado por los victimarios. “Condiciones familiares complicadas debido a la ausencia de alguno de los padres, conflictos con las madres, abandono de la escuela, relaciones con adultos en la calle, adicciones y pobreza”.
Los dos fueron condenados a doce años de cárcel por trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por mediar engaño, amenazas, abusando de la situación de vulnerabilidad de las víctmas, por el número y condición de menores, por el vínculo con una de ellas al ser su ascendiente y habiéndose consumado la explotación.
Los jueces Enrique Guanziroli y Nora Cabrera de Monella aludieron al “avasallamiento de la infancia de las tres víctimas, el condicionamiento de su vida hacia el futuro, traducida en dificultades para establecer vínculos, generar una propia y positiva conformación de la sexualidad; la puesta en riesgo de su autoestima, entre otras formas de agraviar su individualidad”
La denuncia fue presentada por la mamá de una de las nenas que dijo no haber dado autorización para el viaje e ignorar su paredero y eso originó la búsqueda.
“El marco social en que la explotación sexual tiene lugar; la naturalización de ciertas conductas; la historia de vida de las víctimas; su dificultad para resistir el condicionamiento por otros de su destino; y la incapacidad de dirigir un proyecto propio” son factores que en el delito de trata de personas “constituyen motivos para hablar de sujetos vulnerables”.
Todo esto “hace más difícil justamente, aquella capacidad de resistencia a los ataques a la libertad y dignidad personal”.
La Organización de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito indica que “la alusión al abuso de una situación de vulnerabilidad debe entenderse, en definitiva, como referida a toda situación en que la persona interesada no tiene más opción verdadera ni aceptable que someterse al abuso de que se trata”, citaron los jueces.
En la investigación se probó que las nenas fueron prostituídas. “Esto último ocurrió de la peor manera en tanto una vez más se las sometió y tornó más vulnerables frente a los clientes. Niñas de 11/14 años, en un cuarto de hotel alojamiento ¿qué posibilidad tenían de poner alguna condición al ocasional “cliente”? Exigir el uso de preservativos; establecer algún límite en esa relación sexual? Ninguna. Cuestiones que habitualmente hemos visto que se atienden en ambientes prostibularios, custodia en el lugar; botón de aviso. Nada de eso era posible en la forma en que la explotación ocurrió”.