Un juez de un Tribunal Oral concedió el beneficio de la prisión domiciliaria a un condenado por tráfico de estupefacientes para que pueda asistir a su hija menor, quien se encuentra “triste” y afectada emocionalmente por la ausencia de su padre.
F .S fue condenado el 29 de septiembre pasado mediante acuerdo de juicio abreviado a la pena de cuatro años y seis meses de prisión por el delito de tráfico de estupefacientes por distintos hechos cometido en la ciudad de Mar del Plata, donde vivía.
Actualmente se encuentra alojado privado de su libertad en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz del Servicio Penitenciario Federal.
Según el expediente, la distancia entre padre e hija (la menor vive en Mar del Plata) produjo una “afectación concreta al interés superior de la niña, quien ha vivido un episodio disruptivo que perjudica su normal desarrollo”
La Defensora Pública de Menores dictaminó en sentido favorable a la concesión de la detención domiciliaria. Aseguró que sería de “vital importancia” que el padre pudiera volver a su domicilio.
En el caso se ponderó además el estado de salud de la expareja del condenado, y madre de la menor, quien padece depresión.
Informe clave: La niña está en “situación de desprotección”
La fiscalía general se pronunció a favor de la domiciliaria. Tomó en cuenta el informe de la psicóloga que dice que la niña “se encuentra emocionalmente triste, inestable por momentos…con una clara comprensión de lo ocurrido con su papá. Es una niña que se muestra muy afligida y ansiosa por todo lo vivenciado”.
“Con sus pocos años ha presenciado el allanamiento y operación donde su padre fuera detenido, su bisabuela falleció y era un sostén emocional muy importante para ella y su madre. A raíz de dicho fallecimiento su mamá entró en un cuadro de depresión muy grave que requirió internación.”
Surge del expediente que la madre de la niña realizó denuncias contra su actual pareja, a quien la policía tuvo que retirar de su domicilio, estando la menor presente.
Para la especialista, la posibilidad de que la niña pudiera volver a compartir con su papá todo lo que solían hacer, permitiría que su desarrollo emocional no se viera afectado.
Por otra parte, colaboraría también con el estado emocional de la mamá de la niña.
El juez Ernesto Pedro Sebastián del Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca concedió la prisión domiciliaria que “se hará efectiva una vez colocado el dispositivo de monitoreo electrónico, siendo ésta condición necesaria y excluyente”. El condenado vivirá en la ciudad de Mar del Plata junto a su hija.