Vio a la venta en la red social Instagram un teléfono IPhone 14 a precio tentador. Envió una consulta por mensaje privado, le respondieron sobre modelos, formas de envío y modo de pago.
Precavida, se contactó con otros usuarios que figuraban en la aplicación como clientes, para pedir referencias. Todos le dijeron que habían comprado sin problemas. Consideró que el negocio era confiable.
En octubre de 2023 compró el teléfono y transfirió el dinero a un CBU que le dio la vendedora.
Envió el comprobante a una dirección de correo electrónico. Nunca recibió la factura, ni el recibo ni la constancia de envío que le habían prometido.
Estafa en redes sociales
El final es previsible: el teléfono nunca llegó y cuando se puso a investigar advirtió que las fotos de las imágenes publicadas en el perfil de la vendedora eran iguales a las de otros que se dedicaban al mismo rubro.
Ya con sospecha firme de haber sido víctima de un delito presentó la denuncia penal por estafa
La Cámara Nacional en lo Criminal acaba de resolver que la vendedora -quien fue ubicada e identificada por la fiscalía- sea citada a declaración indagatoria por el delito.
Deber de cuidado en las redes sociales
El Tribunal de Apelaciones intervino porque el juzgado de primera instancia que lleva la pesquisa sobreseyó a la vendedora por inexistencia de delito. Concluyó que la compradora no tomó los recaudos necesarios.
El juez sostuvo que “el episodio denunciado era atípico, pues no advertía la existencia de una ardid con entidad para causar error” y que la denunciante no tuvo “los deberes mínimos de cuidado exigidos”.
Lo ocurrido “obedeció a la propia ligereza, negligencia y autopuesta en peligro” de la compradora, quien “debió tomar recaudos ante el modo virtual en que se realizó la oferta, el anonimato del vendedor y la ausencia de medidas de seguridad en la aplicación Instagram”, analizó el juzgado.
” Consideró entonces que el hecho no podía encuadrarse en la figura del artículo 172 del Código Penal y sobreseyó” a la acusada.
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Esta decisión fue apelada por la Fiscalía y ahora quedó revocada en el Tribunal de Apelaciones, que ordenó citarla e indagarla.
“No obran indicios de que se hubiera tenido voluntad de entregar el aparato a cambio del dinero recibido”, concluyeron los jueces
En la investigación hay “elementos suficientes” para convocarla a declarar como acusada y luego resolver su situación procesal.
El ardid desplegado “aparece como un elemento determinante e idóneo para causar el error en que incurrió la víctima para efectuar la disposición patrimonial, pues no sólo se le brindó información sobre el domicilio del negocio, sino que se le explicó también los modos de pago y envío”
” Se la asesoró respecto de los diversos modelos de teléfono que vendían simulando así tener un giro comercial y buena reputación exhibiendo fotos de presuntos clientes”, agregaron los jueces Ignacio Rodríguez Varela y Hernán López
La víctima de la estafa entregó a la Justicia impresiones de pantalla de la cuenta de Instagram, de sus mensajes y de los envíos por correo electrónico del comprobante de la transferencia, todo lo cual se considera válido como prueba.