El 9 de noviembre del año pasado, un joven recibió en su teléfono celular mensajes de su hermano a través del sistema de mensajería WhatsApp. O eso pensó.
Su familiar le pidió dos transferencias de dinero y le dio un CVU, con la promesa de reintegrar los importes al día siguiente
El dinero se envió pero momentos después el hermano le advirtió por otra vía que le habían hackeado el celular y se trataba de un fraude.

Denuncia penal
El afectado hizo la denuncia penal y se dio con la identidad del titular del CVU al que se envió el dinero.
El hombre fue citado a declaración indagatoria y argumentó que “prestó” su CVU a un primo del mismo apellido para hacer “inversiones con criptomonedas y otras cosas”
“Recibí un mensaje al tiempito en el que yo le preste la cuenta, me dijo que trate de borrar los datos por que había pasado algo malo”, dijo.
Sin embargo, no pudo aportar el nombre exacto ni la dirección de ese primo.
Manipulación informática
En un primer momento se le dictó la falta de mérito pero ahora quedó procesado y acusado ante las sospechas que lo ubican como autor del fraude.
“Se acreditó su intervención en una maniobra de fraude que involucró la vulneración de un sistema informático para obtener un beneficio patrimonial”, sostuvo la Cámara Nacional en lo Criminal.
El delito es “defraudación mediante manipulación informática”
Sus explicaciones no lucieron “razonables”
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En primer lugar, sus datos personales y fotografía aparecen en la cuenta destino del dinero
Además, todos los ingresos de dinero a esa cuenta, incluídos los del día del fraude, indican “login con huella exitoso”, según informó la entidad crediticia a la Justicia
“Si se atiende a que la cuenta se creó empleando los datos del encausado, se infiere que la huella de acceso a la que se hace referencia le pertenecería”, evaluaron los jueces
” Asimismo, la entidad financiera informó que “no se registra desconocimiento alguno realizado por el Sr. B A.”- el acusado y titular de la cuenta- vinculado a movimientos de dinero.
“Tampoco surge de la causa que éste hubiese realizado alguna denuncia en otra entidad o ante la policía sobre su cuenta, sin perjuicio de que según sus dichos habría sido advertido por su primo de que había “pasado algo malo” con ella”
Pero, “tampoco es verosímil que hubiese prestado de buena fe su cuenta al supuesto familiar, con las responsabilidades que su manejo implica para el titular”
“La extrema confianza que de tal proceder se derivaría no es tampoco compatible con la ausencia de comunicaciones que acrediten tal acuerdo y el sugestivo desconocimiento por el imputado de datos certeros sobre esa persona y su paradero”, concluyeron los jueces Ignacio Rodríguez Varela, Julio Lucini y Hernán Lopez