Una proveedora internacional de implantes cocleares deberá indemnizar a una familia argentina por daño moral y psicológico a raíz de fallas en su producto que obligaron a operar tres veces en la infancia a un paciente hipoacúsico.
Tras una década de batalla judicial, el joven -ahora mayor de edad- y sus padres recibirán un millón de pesos más intereses por parte de la empresa Med-El Latinoamérica SRL y su casa central en Austria.
“Ha sido demostrado que el mal funcionamiento de los implantes fabricados y comercializados por los demandados aparejó la necesidad de realizar tres sucesivas operaciones”, en la niñez del paciente.
Las juezas de la Cámara Nacional en lo Civil Beatriz Verón y Gabriela Scolarici confirmaron una condena por daños y perjuicios y elevaron las indemnizaciones dispuestas en primera instancia.“Ha quedado patentizada en autos que en la ejecución de su plan prestacional médico, las demandadas han incumplido obligaciones emergentes del principio general de “buena fe” que rige en todo el derecho privado y especialmente en materia contractual y consumeril, piedra angular del sistema jurídico actual”, advirtieron en el fallo.Las juezas dieron por probado que los implantes fallaron y eso derivó en la necesidad de operaciones reiteradas para extraerlos y reemplazarlos.
“Todo el sistema se encuentra orientado fuertemente hacia la protección de la salud como “derecho humano fundamental”, el que alcanza jerarquía constitucional”, remarcaron
Además “se impone recordar” que tanto la casa matriz de la empresa como su filial latinoamericana “se encontraban obligadas a garantizar la “funcionalidad del producto” pues el sistema le confiere derecho al adquirente a una “utilización plena de la cosa adquirida”
“Med-El Elektromedizinische Gerate Gesellschaft MBH (Med-El Austria)”, la casa central fabricante de los implantes, sostuvo en su defensa que el producto fue manipulado y no se comprobó “que tuviera carácter vicioso”.
Entre los inconvenientes sufridos por las fallas del implante, en la demanda se aludió a imposibilidad de discriminar correctamente la palabra, una situación que empeoraba en la escuela, problemas sociales y familiares y cicatrices que le hicieron “difícil relacionarse con chicos de su edad, “salir de su casa por las vendas y su cabeza rapada y sus cicatrices dadas las operaciones en las edades que tenía”.
Muy buenos y esclarecedores artículos!